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In Memoriam Bahaeddine Taoud

Cuando hablamos de la amistad entre los pueblos lo que hacemos realmente es proyectar, en una inevitable sinécdoque, la amistad entre gentes que, de aquí y de allá, han abierto espacios de encuentro, lugares donde fructificar afectos y crear lazos que terminan articulando instituciones.


Bahae Taoud, abogado tangerino, escritor, novelista y poeta, ha sido, durante toda su vida, uno de esos constructores de puentes que mejor han sabido hacer de nuestros dos países, España y Marruecos, un espacio de amistad y encuentro.

Hace ya unos treinta años, Taoud me propuso construir una de esas pasarelas capaces de unir ambas partes del Mediterráneo. Es lo que al poco se convirtió en el Foro Hispano Marroquí de Juristas y que, a lo largo de casi quince años constituyó las bases de la cooperación jurídica entre ambos países.

Con ese humor siempre entusiasta, repleto, además, de la ternura que le caracterizaba, supo implicar, primero al Colegio de abogados de Tánger, después, y con la ayuda de nuevos amigos que fueron incorporándose al proyecto, al Consejo del Orden de la abogacía y, desde ahí, a todo el mundo jurídico de Marruecos que, con la contraparte del Colegio de Abogados de Madrid, nos permitió poner las bases a un modelo de cooperación que se convirtió en pilar fundamental en las relaciones de la sociedad civil de ambos pueblos.

La realidad es que esa faceta “internacionalista” ya quedaba plenamente expresa en esa otra faceta que le recorrerá toda su vida: la literatura. Su última novela, “Lejanos”, hermana bellamente una temática articulada en el marco de eso que llamamos occidente, con un estilo de inequívocas raíces orientales. Una obra compleja, donde el tiempo y el espacio se confunden en una simbiosis cultural que nos lleva a recordar las enigmáticas palabras de Paul Eluard, “hay otros mundos, pero también están en éste”.


***

Desde el Observatorio Euromediterráneo, heredero intelectual de esos trabajos que se desarrollaron en el Foro a lo largo de más de diez plenarios y encuentros jurídicos, queremos recordar la semilla que plantaste para la amistad entre los pueblos. Querido Taoud, descansa en paz.


Fernando Oliván





Bahae Taoud. Recuerdo de un amigo muerto


Conocí a Bahae Taoud en 1966 si recuerdo bien, ambos estrenando la veintena poco más o menos. Fue el primer marroquí con el que trabé amistad. Estudiantes de periodismo en Madrid, por su parte inició también Derecho, compartimos piso junto a otro colega también marroquí, Mohammed Khatabbi, descendiente de aquel Abdelkrim Al Jatabi que tantos dolores de cabeza ocasionó al ejército colonial español.

Vivimos bajo el mismo techo en la calle Santa Hortensia, perpendicular a López de Hoyos, durante aproximadamente un año. También compartimos mesa en los comedores de la universidad complutense, pese a que ninguno de los tres, por entonces, fuésemos universitarios. Así fuimos asentando nuestra amistad para toda la vida.

Todavía conservo y él también lo hizo a lo largo de los años una foto de grupo junto a la estatua de Felipe III en la plaza Mayor de Madrid. En ella se nos ve en el centro de un grupo de chicos y chicas, estudiantes todos de periodismo.

Después, una larga separación y su carrera de Derecho entre Madrid, Rabat y Paris. Muchos años más tarde, en algunas de sus visitas a España, solíamos encontrarnos para ponernos al día de nuestros avatares profesionales y familiares. Nos vimos varias veces en la cafetería del Hotel Puerta de Toledo, donde solía hospedarse. En uno de estos encuentros, me planteó su deseo de editar en España, en la editorial El Garaje que por entonces dirigía junto a varios amigos, su novela LEJANOS. Escrita originalmente en árabe, me proporcionó una traducción al español, la leí y me convenció. Ya entonces, Bahae era presidente de la Unión de Escritores Marroquíes-Antena Tánger, ciudad en la que residía, y formaba parte, como cofundador, del Foro de Juristas Hispano-Marroquí. Y, por cierto, conservaba su amistad con aquél Mohammed Khatabi de nuestra juventud común.

LEJANOS había sido publicada por primera vez en Egipto, en el año 2001 en la prestigiosa editorial Dar Alhelal. El ministerio egipcio de educación la seleccionó como ejemplo de narrativa marroquí moderna. Poco después, el libro apareció en Marruecos y fue saludado por el eminente escritor Mohammed Chukri como “un hito fundamental de la prosa marroquí contemporánea”.

En 2013, tras alguno de nuestros encuentros y conocer, como he indicado, la traducción española de LEJANOS que me presentó Bahae, a cargo de Hussein Mansur y de Jacobo Guzmán, decidimos, en la editorial citada, El Garaje Ediciones, llevar adelante la publicación en España del libro. Apareció en febrero de 2014 y en la contraportada recogimos algunas de las apreciaciones de Chukri sobre el texto. “Cuando leí LEJANOS- escribió Chukri- supe que su autor había llegado a la escritura por medio tanto de la propia experiencia como del conocimiento, consiguiendo reproducir el asombro mutuo entre oriente y occidente y, en igual medida, plasmando el conflicto entre la cultura del yo y del otro, en una prosa sobria y al mismo tiempo elevada, con un estilo cautivador, poético y transparente.”

Tras la aparición del libro, nuestros contactos, ya telefónicos, ya personales, menudearon durante algunos años. Pero el tiempo pasa y el tiempo pesa. Hacía ya unos tres años que nada sabía de Bahae. Recuerdo que durante la primera etapa del confinamiento por el COVID19, hacia mediados de 2020, nos intercambiamos alguna noticia y buenos deseos mutuos de salir con bien de la situación. Y poco más. Y de pronto, hace unos días, escribo en la segunda quincena de octubre de 2023, el profesor Fernando Oliván, a quien conocí precisamente a través de Bahae, y de quien no hace mucho hemos publicado también un muy encomiable libro (EL GOLPE DE ESTADO COMO ESPECTÁCULO) me llamó por teléfono para comunicarme la reciente muerte de mi amigo.

Vivimos ya, los que sobrevivimos bajo este desconsuelo, la pérdida más o menos regular de los viejos amigos. Inevitable destino, a la espera de nuestro propio adiós.


Manuel Blanco Chivite


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